LA TUTORA IDEAL

El tutor ideal

En esta entrada veremos aquellos rasgos de la personalidad que debería tener el tutor/a ideal. Así como las competencias que tiene que mostrar para sus funciones con el resto de docentes, los familiares y el alumnado.

Para saber qué habilidades y competencias tiene que tener, primero debemos saber cuáles son sus funciones: 

El tutor/a es el que debe realizar las actuaciones del Plan de Acción tutorial (PAC). Este plan conlleva una serie de actividades que se realizan sistemáticamente y de manera continua a lo largo del proceso de aprendizaje del alumnado, acompañándolo y ayudándolo, tanto individualmente como en grupo, abarcando todas las dimensiones del desarrollo personal del alumno/a: orientación personal, académica y profesional.

El tutor/ a debe conseguir información de su alumnado, conocer su situación social, familiar y personal, dentro del aula y en su entorno, para poder comprender su situación, favorecer su integración, su motivación, realizar un seguimiento de su aprendizaje, identificar las dificultades que le pueden surgir y ayudarle a solventarlas.

También colaborará en la orientación académica y laboral de sus alumnos/as

El tutor/a debe también coordinarse con el resto de profesores/as del alumno/a, para recabar información sobre su alumnado y cuestiones que les afecten, y poder realizar una programación coherente con el Proyecto educativo del centro y el proceso de evaluación del alumnado.

Y, algo también muy importante, es el encargado de establecer el contacto con la familia del alumno/a. Será el nexo de relación entre familia y centro, el encargado de informarles de todos los asuntos que afectan a sus hijos/as y el encargado de fomentar la implicación de la familia en el desarrollo educativo de sus hijos/as.

Con todas estas funciones, el tutor/a ideal deber ser alguien con mucha paciencia, empatía para ponerse en el lugar de su alumnado y las familias, con capacidad de escucha activa, cercano para ganarse su confianza y que no tengan pudor en pedirle ayuda, implicado, comprensivo, justo y ecuánime en la toma de decisiones, buen comunicador, motivador, creativo y dinámico para realizar actividades. Vamos, ¡un santo!

Gracias, desde aquí, a todas las tutoras y tutores, por su esforzada labor, tan importante para la formación de los jóvenes.